Un escarabajo acuático de Asia desafía las "leyes digestivas". El Regimbartia attenuata es capaz de sobrevivir tras ser comido por una rana. Las ranas no tienen dientes, y se tragan a sus presas a menudo vivas. Son sus jugos digestivos los que hacen el resto. Pero este escarabajo acuático tiene un comportamiento sorprendente adaptado a escapar incluso de esta situación tan embarazosa en un tiempo que varía de 6 minutos a 3 horas y media tras haber sido ingeridos, enfrentándose a un ambiente químico y ácido evolucionado para destruir todo insecto que entre, y saliendo airosos, vivos y activos, del recto del depredador. Lo hace nadando por el sistema digestivo y excretor de la rana. Cuando llegan al orificio de salida, este está cerrado, pero el Regimbartia estimula el intestino de la rana para promover la excreción.