jueves, 24 de septiembre de 2020

ORCAS QUE ATACAN BARCOS 2ª PARTE

El otro día escribía sobre las dos posibles causas de los supuestos "ataques" a veleros que está protagonizando un grupo de orcas en las últimas semanas. Para mí la primera posibilidad era el juego pero al ver uno de los vídeos comprobé que había al menos dos orcas golpeando el casco de un barco de una forma que parecía claramente una agresión. Proponía la idea de que fuese una agresión que llamamos "irritativa" para echar a los barcos, quizás tras alguna mala experiencia. 

Curiosamente, ante ayer hablé con José Paredes, que fue patrón del Greenpeace VI, Zorba, y que creció navegando en las aguas gaditanas, y me ha contado que, en los años 70, esporádicamente contaban algunos pescadores que habían sido golpeados por orcas e, incluso, que habían mordido el timón. ¿Juego o agresión?. En todo caso, siempre anécdotas sin gravedad. 

SE DEFIENDEN DE LOS BARCOS POR UNA EXPERIENCIA NEGATIVA

Pero hoy me ha llegado un comunicado de Paco Gil (amigo de Mario Morcillo), amigo nuestro, con el que siempre hemos buscado orcas desde su barco de Turmares en el Estrecho. Cuenta que en el mes de julio sucedió algo. Este mes de julio pasado, nosotros no pudimos salir a buscar las orcas porque había mucho viento de levante que nos imposibilitaba la navegación (en la última salida que hicimos el año anterior nos encontramos precisamente con el grupo que está protagonizando estas interacciones, el grupo de Pingu -podéis verlas pinchando aquí-). 

Así, los pescadores marroquíes a los cuales las orcas les quitan algunos atunes en su pesca "a la piedra", no pudieron salir durante días y, por alguna causa desconocida, este año había menos atunes que los años pasados, cuando estábamos viendo atunes saltar por doquier. Hay que señalar que las interacciones con los pescadores artesanales marroquíes son pacíficas y estos no agreden a las orcas. Aquí un vídeo grabado por Turmares en el que se ve el momento en el que sacan un atún parcialmente devorado por las orcas y se ve a las dos orcas, Soraya y Angi, que ahora protagonizan los temidos "ataques", pacíficamente junto al bote de pesca: 

Pero parece ser que hubo algún velero deportivo pescando ilegalmente con currican al que se habrían acercado estas orcas juveniles del grupo de Pingu y desde el que habrían recibido maltrato. Sobre el 20 de julio ya se reportó un ataque a un velero, que estaría pescando como aquél. El 2 de agosto salió Paco Gil al mar con los pescadores, que llevaban dos semanas sin poder salir, y se encontró al grupo de orcas de Pingu, que conoce muy bien y que un mes antes había visto en perfecto estado, y las encontró lisiadas, con una herida de arpón en la cabeza, heridas de hélice en el cuerpo, y dos orcas (las jóvenes Angi y Soraya, totalmente traumatizadas). Se acercaron al barco de Turmares, que conocen perfectamente, y estuvieron navegando junto a él, mostrándoles las heridas que habían recibido




Dice que, por alguna causa desconocida, los atunes grandes no estaban en Tarifa como de costumbre sino en Galicia. Cree que algo está cambiando. Las orcas se han desplazado a Galicia y esa experiencia ha hecho que agredan a los barcos que se asemejan a aquél. 

Asegura que los tripulantes de los barcos les mandan mensajes negativos, insultos... y que esa energía la perciben. "No, no. Si se encuentran orcas tienen que darles mensajes positivos, de cariño, como hacemos nosotros: guapas, bonitas... como hacemos nosotros, porque ellas sienten lo que tú les mandas", dice Paco Gil. Añade que estas dos orcas, que siempre se acercaban a jugar, ahora se están defendiendo de los barcos por la experiencia que han tenido, atacando a los que se parecen al velero que las maltrató o que tienen una pala similar.  

Paco nos quiere mostrar un vídeo de estas orcas antes de haber sido maltratadas: 



Comunicado de Turmares que me parece interesante poner aquí: 

¿ ORCAS ATACANDO VELEROS?

Desde Turmares Tarifa, empresa de avistamiento de cetáceos con más de 20 años de experiencia en el Estrecho de Gibraltar, queremos aportar nuestro punto de vista sobre los hechos acontecidos en los últimos días acerca de las interacciones de las orcas con algunas embarcaciones.

Durante nuestra amplia trayectoria, son múltiples los encuentros que hemos tenido con estos mamíferos marinos, y nunca han presentado comportamientos de “ataque” hacia ninguna de nuestras embarcaciones. Las orcas, cómo otros miembros de la familia de los delfínidos, pueden acercarse de manera puntual a cualquier embarcación, ya sea de recreo o no, con el fin de curiosear y jugar con la estela provocada por los mismos. Asimismo, cabe destacar que nuestros encuentros se producen en una zona con amplia presencia de pescadores artesanales de atún rojo y jamás hemos presenciado ningún indicio de agresividad de éstas hacia las embarcaciones, más allá de la técnica propia de captura del atún rojo, característica de la población presente en el Estrecho de Gibraltar.

Desde el Departamento Científico de Turmares Tarifa instamos a los medios de comunicación a informarse de manera adecuada con la comunidad científica antes de lanzar titulares sensacionalistas. La información facilitada por los mismos medios debería ir enfocada a favorecer el conocimiento y conservación de estos animales únicos en vez de generar animadversión hacia ellos.

Recordamos que toda especie de cetáceos presente en aguas españolas se encuentra protegida por el Real Decreto 1727/2007, que establece las medidas de aproximación a estos animales y que es de obligado cumplimiento para todas las embarcaciones.




sábado, 19 de septiembre de 2020

ORCAS QUE ATACAN BARCOS 1ªPARTE

NUESTROS MIEDOS Y LA "BALLENA ASESINA"

De nuestra amígdala parte la reacción más básica, innata, que nos hace percibir el miedo a los grandes depredadores. La orca no es nuestro depredador natural ni nosotros somos su presa. No habría nada que temer de ellas. No nos van a cazar ni atacar. En todo caso, lo percibimos como un superpredador y, de hecho, es el depredador más poderoso del planeta. Pero, aunque se le llama "ballena asesina" no es una ballena sino un delfínido. Eso sí, un delfínido que caza ballenas (depende de la población de orcas de la que se trate) y, de ahí el error por el que se le ha venido llamando "ballena asesina", cuando en realidad el nombre correcto y bien traducido es "matadora de ballenas". 

CURIOSIDAD Y JUEGO CON HUMANOS 

Cuando navegaba en el Greenpeace VI, Zorba, en las primeras navegaciones del proyecto sucedió algo que nos dejó preocupados. Los delfines mulares estaban chocando con la cadena del bauprés. Pronto descubrimos que lo hacían voluntariamente, a modo de masaje. Saltaban y se golpeaban con ella de forma totalmente calculada. El golpe aparentaba ser tremendo porque un delfín mular mide unos 4 metros. Los delfínidos son seres con unas capacidades cognitivas que no podemos alcanzar a imaginar, amantes del juego, curiosos. Cuando se acercan a un barco lo tienen todo controlado. Cuando nosotros apagábamos la sonda o el motor, a menudo los delfines preferían irse. Se acercaban a nosotros y nos seguían también interesados en los sonidos. Cuando les silbábamos, se giraban a mirarnos mientras surfeaban en las olas que salían de la roda. El neurocientífico y cetólogo Paul Spong atrajo a las orcas con su música y también lo hizo Roberto Bubas con su armónica trabajando como guardaparques en la Patagonia. Son animales curiosos, pero inofensivos para los humanos salvo los individuos que, en cautividad, viven en situación de confinamiento y estrés constante. En esos casos -antinaturales, debido a causas humanas directas- se han producido accidentes en los que las orcas han matado deliberadamente a personas y no ha sido mediante mordiscos. No ha sido predatorio en ningún caso. 


ANTECEDENTES

En las últimas semanas han sucedido una serie de encuentros con orcas que han conllevado daños en embarcaciones, produciendo noticias que han dado la vuelta al mundo porque, en el fondo, los grandes depredadores nos producen miedo visceral, innato. Por esto, si los barcos sufren miles de accidentes de navegación de diferente tipo, no nos producen la reacción que suscita un solo evento de posible ataque de un gran depredador. Se trata de nuestras emociones más primitivas. 

Dicen que nunca habían tenido constancia de que una orca atacase a una embarcación. Pero yo tengo un libro del año 1973, "Vida o muerte en la mar", de Dougal Robertson, que narra lo que vivió una familia que naufragó en su velero y sobrevivió más de un mes a la deriva en el océano Pacífico. El naufragio se debió a que unas orcas golpearon violentamente el velero e hicieron varios boquetes grandes en el casco. Dice: "(...) noté unos golpes como dados con un gran mazo con increíble fuerza contra el casco, y salí despedido contra la litera. El ruido del impacto casi me ensordeció". Las orcas hicieron este "ataque" y continuaron su camino. Su intención no era predatoria. Tengo dos opciones para explicarlo: la primera es el juego y la segunda es una agresión contra la molestia que supone el barco. Es una elucubración pero es factible que el paso del barco suponga el arruinar una estrategia de captura de las orcas, una molestia para el descanso o cualquier otra... y esto genere frustración y agresión puntual y un ataque por irritación. En este caso, la descripción del incidente me hace pensar en esto más que en el juego. 

En este mismo blog escribí sobre las travesuras de una orca que jugaba con un velero. Lo podéis leer después pinchando aquí. Traté de explicar que, en especies con altas capacidades cognitivas, el juego con objetos (en este caso el barco es un juguete para la orca) puede ser muy creativo y permitirle exploran nuevas combinaciones y pautas de acción... permitiendo el aprendizaje de sus capacidades y limitaciones, algo muy importante para depredadores que capturan a sus presas con estrategias aprendidas muy complejas. Las orcas, como cuenta mi amiga Rocío Espada, que es una experta, a veces juegan agarrando el timón de un barco con la boca y dejándose arrastrar con sus varias toneladas de peso. 

En el siguiente vídeo podéis ver un maravilloso encuentro en Nueva Zelanda, con las orcas jugando con un bote amarrado a una embarcación. 

Estos encuentros que están los periodistas sacando estos días en los telediarios en busca, como siempre, de la noticia lo más sensacionalista posible, no son ninguna cosa del otro mundo. No es la primera vez que las orcas llevan a cabo "acercamientos intencionados" a personas (no se les puede llamar ataques aunque las personas se dan un buen susto). En Nueva Zelanda se acercan a algunos kayaks y alguna vez los han hecho volcar; en Columbia Británica, una orca hizo un salto lateral contra un kayak, por supuesto de forma voluntaria (ellas saben y controlan perfectamente lo que hacen) y, en ese caso, sí se trataba de una agresión, aunque no predatoria; es una agresión irritativa por la molestia que produce en ese momento la presencia invasiva de los kayaks, que interfieren con aspectos de la vida de las orcas y su tranquilidad. Pensemos que, a menudo, muchas embarcaciones irrumpen en mitad del sueño de los cetáceos, del amamantamiento, de cualquier estrategia social, sexual o predatoria... y no se tiene en cuenta. Aquí podéis ver la escena: 

 

LOS ATAQUES MISTERIOSOS

Son varias las embarcaciones que han sido dañadas en estas semanas. Empezó el 29 de julio en la zona del Estrecho de Gibraltar y se dieron varios casos y posteriormente continuaron en Galicia. Las orcas están presentes en el Estrecho durante la primavera y verano con la llegada de la migración del atún rojo, y suelen subir Atlántico arriba a finales del verano. Hace un par de años, la aparición de las orcas en aguas de Barbate se produjo a unas tres millas, cuando se acercaron al velero de unos colegas míos de tal manera que, incluso, una de ellas estuvo jugando con el barco y con el bichero de forma inofensiva. (Creo que se trataba del grupo en el que estaba la orca que bautizamos con el nombre de Mario, en honor a nuestro querido amigo Mario Morcillo, experto en orcas, que justo nos había dejado antes del nacimiento de este ejemplar, en 2012).

Durante el verano, suelen acercarse a las embarcaciones marroquíes para robarles piezas de los atunes del revés (los que salen del Mediterráneo) que capturan con anzuelos de profundidad. En fin, que se producen acercamientos e interacciones. Pero no se habían producido daños hasta este momento. Como ya he comentado, hay dos posibilidades: por un lado, que algún individuo o algún grupo se haya empezado a entretener con un comportamiento lúdico aunque, evidentemente, en toda actividad lúdica de un depredador existen pautas que se relacionan de alguna forma con la actividad predatoria. Y, la otra posibilidad, que cabe en algunas de las escenas, es la agresión irritativa para echar a los molestos barcos, quizás tras alguna mala experiencia. 

La primera embarcación así "atacada" fue un barco de 14 metros precisamente en la zona de Barbate, en el Estrecho. Un grupo de 9 orcas rodeó el bote, embistiendo la quilla durante más de una hora con una fuerza descomunal, desactivando el motor y arrancando un trozo del timón dejando también huellas de mordidas en la quilla. Algo tremendo desde el punto de vista físico, que muestra que, efectivamente, la orca es el depredador más poderoso que jamás haya existido en este planeta. 



Posteriormente, se produjo otro encontronazo en la misma zona, con otro barco de 12 metros. Las orcas aparecen repentinamente, como hacen las que capturan ballenas, provocando un violento choque que volcó el barco de lado. La fuerza de los golpes al timón era tal que casi dislocaron el hombro del timonel y giraron el yate 120º. 

Pero se alarmaron cuando el 30 de agosto le tocó a la Armada que, con su embarcación Mirfak, se dirigía a la regata de vela Príncipe de Asturias. A dos millas de Corrubedo, en Galicia, aparecieron repentinamente y se cebaron con el velero, arrancando un trozo del timón. Seguramente, coincidiendo con la fecha, era el mismo grupo de orcas que ya se había desplazado hacia el norte desde el Estrecho. 

Días después, otro velero, el Beautiful Dreamer, que se dirigía de Canarias a Inglaterra, fue golpeando repetidamente, haciéndole dar varias vueltas sobre sí mismo, produciendo que se apagara su motor y se dañara el timón. Fueron remolcados por Salvamento Marítimo y, en este momento, dicen que volvieron a "atacar". 


También el velero Urki 1, fue "atacado" en Galicia durante la noche. Cuentan que jugaron con el barco como si fuera una pelota rompiendo el timón y teniendo que pedir auxilio a Salvamento Marítimo a las 3 de la mañana. 

En Radio Calvià de Mallorca me preguntaban hace unos años sobre qué hacer si estás en un barquito y de pronto aparecen orcas. Yo les dije: "disfrutar de la fortuna de tener semejante encuentro con el ser más increíble de la tierra".  Está claro que no es normal ni habitual y será seguramente un grupo concreto, que ha descubierto un nuevo entretenimiento, pero no descarto que, por alguna causa desconocida, este grupo, quizás por alguna experiencia, esté enfadado con la presencia de barcos, puesto que en algunos de los vídeos las embestidas parecen una agresión. También está claro que hay que respetar el espacio de los cetáceos y, para eso, existe una normativa que es clara y que habitualmente se incumple. Cuando pasan estos incidentes, el apagar el motor, como contaba al principio, puede ayudar. 

En el siguiente vídeo podéis ver el momento más mágico que ha vivido esta nadadora en Nueva Zelanda, en el que un pod de orcas se acerca a ella mientras entrena. Como veis, la interacción es totalmente pacífica y ella no muestra miedo alguno. 



Quiero compartiros más interacciones: 


Dos orcas pasan de largo junto a dos niños que están nadando... a pesar del susto que se llevaron ellos y los adultos que lo presenciaban, las orcas resultaron inofensivas. 



David Nieto Maceín